Las nuevas tecnoLogías marcan un antes y un después en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En primer lugar, el “antes” va referido a la existencia de las nuevas tecnologías fuera del ámbito escolar, dándoles un uso diverso en distintos campos, sobretodo a lo que el ámbito social se refiere. En segundo lugar, creo conveniente argumentar que las tecnologías marcan un “después” cuando se empiezan a aplicar al contexto escolar y educativo, sacándoles el máximo provecho para que tanto maestro como alumno aprendan de los avances de la tecnología y sepan enfocarla desde un punto de vista formal.
Por ello, respecto a la situación que en esta actividad se propone, he de destacar que todo ese material informático lo emplearía, mayoritariamente, al uso práctico en clase con mis alumnos, de forma que ellos aprendieran a sacarle el máximo provecho en su estudio de las distintas materias –aprendiendo a captar y seleccionar la información más provechosa de un texto, elaborando resultados, llegando más fácilmente a conclusiones, o simplemente ayudando en la interacción con otras personas–, al mismo tiempo que el maestro aprendiera a cómo hacer que sus alumnos consiguieran tal cosa, creando en el aula un ambiente de autosuficiencia y creatividad, en el que las tareas de enseñar y aprender se enfocaran desde un punto de vista más didáctico y abierto al cambio.
No obstante, cabe recordar la importancia del maestro en el aula, ya que por muy autosuficiente que llegue a convertirse una clase, siempre se necesita de la ayuda del maestro para cualquier duda o pregunta, o simplemente para proporcionar a los niños la motivación que estos necesitan para continuar su camino hacia la autosuficiencia, pues cabe recordar que las nuevas tecnologías son una fuente de conocimiento imprescindible que no sustituye, sino que complementa, los conocimientos obtenidos por otros medios, tales como los libros o las explicaciones del maestro.
Más allá del uso teórico del material informático propuesto en esta actividad, creo conveniente pasar al uso práctico del mismo.
Y, por ello, situándome en el contexto que se plantea, he de decir que propondría a mis alumnos, en un principio, actividades en las que pusieran a prueba sus conocimientos previos en el área de la información y la comunicación, para así conocer de primera mano el nivel de mis alumnos en este tema, aplicando, según los resultados, una situación u otra. Una vez finalizado este paso, utilizaría dicho material para que los niños trabajaran tanto en grupo como individualmente mediante programas educativos equivalentes a sus conocimientos, o con la proyección de películas o documentales que permitan fomentar y mantener en ellos una actitud crítica respecto a lo que les rodea, sin descuidar el aspecto social, evitando que los niños se dediquen exclusivamente a la pantalla que tienen delante de sus ojos, haciendo que interactúen y cambien opiniones con sus compañeros, utilizando las tecnologías de la información y la comunicación como instrumento de trabajo y aprendizaje (como bien se cita en el apartado de “objetivos” del anexo 1 del currículum). Por otra parte, les enseñaría a utilizar Internet, más conocido como “el museo virtual”, propiciando el uso de las tecnologías como recurso para el aprendizaje, ya que facilitan el acceso a fuentes de información, la elaboración de proyectos conjuntos, el contacto con personas de otras culturas y la comunicación en contextos auténticos.
Como conclusión, destacar notablemente que la aplicación de las nuevas tecnologías al contexto escolar supone un recurso muy valioso que facilita las tareas tanto de enseñanza como de aprendizaje, ya que nO hay siTuaciÓn educativa eN la Que eL aPrendizaje nO sea muTuo.
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